lunes, 6 de abril de 2009

Algo más sobre las ideas

No sé por qué hoy escribo esto, creo que porque lo he leído en un blog amigo y me ha refrescado la memoria. Cuando daba clase de Religión, vino el inspector de turno –apodado, y no por mí, “Mahoma”-, y espetó a un querido profesor de Matemáticas aquella frase de Rousseau tan manida como estúpida, que dice algo así: “No moveré un dedo por defender tus ideas, pero daré mi vida porque puedas defenderlas”.

Con esta frase quiso intimidar a mi compañero y a todos los del claustro. Yo, que tenía reciente mi Filosofía, pensé en lo estúpido que era ese inspector, pero preferí callarme antes de que me abrieran expediente por inconstitucional o algo así.

Sólo quiero decir una cosa: si una idea es falsa, estúpida, equivocada, llámenla como quiera, –y para el caso me da igual que sea intencionadamente o no falsa, estúpida, equivocada, etc…-, lo será siempre y nunca la defenderé ni moveré un dedo para defenderla.

Y si el que la defiende está convencido de ella, intentaré por todos mis medios que rectifique, entre en razones, estudie el tema, y si la verdad en cuestión es de suficiente valor, puedo decir que daría mi vida porque una persona aprenda la verdad. Es justo lo que he hecho diciendo sí a la llamada del Señor para ser sacerdote. Y si esta vocación me costara el martirio, sería un broche de oro para mi vida que jamás podré merecer, y que sólo cabe esperar de la bondad de mi Amado.

Ahora bien, lo que nunca haré será defender que alguien pueda defender un error, falsedad, equivocación, mentira, calumnia, etc. Seré comprensivo, intentaré buscar una justificación lo más benévola posible a su error, le querré y rezaré por él, lo que quieran; pero nunca moveré un dedo para que el “defender un error” sea un derecho de nadie, ni mucho menos dar mi vida para defender una libertad de expresión de error.

¿Por qué? (y ya acabo), porque el error no tiene derechos, sea objetivo o subjetivo. Y una persona equivocada o ignorante es esclava de su error o ignorancia (o malicia, si es el caso), pero no libre. Es la verdad lo que libera, y por ella sí merece la pena luchar.

Gracias a Rousseau tenemos la maldita EPC, el relativismo moral, el sincretismo y relativismo religioso, el escepticismo filosófico. Incluso, si apuramos conclusiones con silogismos en “bárbara”, el aborto, la experimentación con embriones, las uniones antinaturales, y cosas de ese tenor. ¿Quieren más? Gracias a Rousseau tenemos a ETA en las instituciones y en las ikastolas. Y tenemos el Gobierno que otros han votado y todos sufrimos. Y así seguiremos mientras Rousseau sea Palabra de Constitución.

Basta ya. Viva la Verdad. Viva Cristo Rey.

Rousseau, si no estás en el infierno, intentaré aliviar un poco tus penas de purgatorio con una Misa. No me lo puedes impedir. Al fin y al cabo, tengo libertad para pensar que tú y tus discípulos sois unos malandrines perversores de la mente humana, ¿o no?

4 comentarios:

  1. Andaba yo buscando recordar la definición de persona, tal como la definía la escolástica, recordaba los rationalis individua substantia, pero no recordaba lo de natura, y me he encontrado con este blog y este comentario. Naturalmente, no me voy a meter con lo que en él se dice, porque esto sería volver a filosofía teología y otras ciencias afines. Tampoco deseo sacarle de sus creencias, diós me libre. Pero le dejo solamente una posibilidad o una pregunta para reflexionar: ¿Es psosible un teólogo ateo?. Yo creo que los he conocido. Es sencillo de explicar: Si se admite de entrada y sin pruebas la existencia de un dios único ( cosa discutible a pesar de las tradiconales vías de Santo Tomás), si luego se admite que ese dios ha hablado (cos aún más dudosa) y si además se ha de creer que ha hablado a unos y a otros no (en razón de qué?); si se admite eso, digo, son premisas, mayores de un argumento del que cualquier mente privilegiada, como la de eminentes teólogos, pueden comenzar a tirar del hijo lógico hasta llegar al misterio de la santísima trinidad. ¡Mira que han discurrido los teólogos para explicar lo de tres personas en una! ¿Y si la mayor se niega?... Quizás su discurse se haya olvidado de quien un día pregunto ¿qué es la verdad?. Piénselo como quiera, pero la verdad es subjetiva y respetable, lo demás es intolrancia. Buenos días. Finalizado esta reflexión espontánea, dudo si mandársela, porque "con la iglesia hemos topado".

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  2. Estimado Sr. Garrido:
    Respondiendo a sus preguntas, le diré sucintamente:
    1. No se puede ser teólogo -teólogo cristiano- y ateo al mismo tiempo. La Teología sin fe es Filosofía. Y si esa filosofía se sustenta en premisas erróneas, no será sino un conjunto de falacias y axiomas pedantes.
    2. El "título" de teólogo ¿puede tenerse sin fe? Claro, no se le va a quitar el diploma, pero sí la cualificación. Comprenda que la Teología no es una ciencia como las demás, pues sus premisas son los artículos de fe.
    3. Usted dice que las vías de Santo Tomás son discutibles. Discuta si quiere. Para mí las tengo como irrefutables. Puede discutirme también si uno más uno son dos. No me convencerá de algo distinto.
    4. Ningún teólogo católico con sentido común ha intentado discutir que las tres Personas de la Trinidad sean una sola, porque eso es una herejía. Estudie un poco antes de meterse en materias que no domina.
    5. Por su sola razón, o como usted dice, "tirando del hilo lógico", nunca se puede llegar al conocimiento de la Santísima Trinidad. Es una verdad revelada y de fe.
    6. Dios ha hablado a todos. La Biblia y la Iglesia también le hablan a usted. Otra cosa es que no quiera escuchar.
    7. Pilatos era un cobarde y se lo hizo en los pantalones romanos cuando reconoció la inocencia de Jesucristo. Evidentemente, con esa firmeza y dignidad moral e intelectual no supo o no quiso reconocer que tenía la Verdad ante sus narices.
    8. Acaba diciendo, como quien no quiere decir nada: "Piénselo como quiera, pero la verdad es subjetiva y respetable, lo demás es intolerancia". Bueno, pues usted que es catedrático, estudie un poco más sobre qué es la verdad. Como veo que anda flojo de latines, le recuerdo que es "adaequatio intellectus et rei". Si la verdad fuera subjetiva, ¿de qué pretende hablar conmigo? ¿de qué pretendo yo hablar con usted?
    9. No me importa en absoluto que me llame intolerante por defender que la verdad es objetiva. Prefiero ser intolerante con el error antes que mínimamente tolerante con el mismo.
    10. Mire, no ha topado con la Iglesia. Ha topado con la razón. Y usted no la tiene, lo siento. No me pesa nada ser intolerante con lo que usted ha escrito. Gracias por tomarse la amabilidad de haberlo hecho. Ya he tenido bastante con tolerar sus faltas de ortografía. Y me avergüenza de que usted sea Catedrático y escriba esto y así... ¿Ve? Es como ser "teólogo" y no tener fe...

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  3. Precisamente el cristianismo es una idea equivocada y nociva y, por desgracia, ustedes tienen el derecho (y la financiación de las instituciones) de defenderla.

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  4. Estimado Anónimo:
    1. Permítame admirar su valentía. Así, oculto, sin nombre que le delate.
    2. Le ruego me dé argumentos de lo que dice. Veo que además de su cobardía une una visceral ignorancia.
    3. Su problema es que le fastidia que la Iglesia tenga derecho a defender la verdad, aunque para usted sea una idea equivocada. Yo no soy en absoluto partidario de la manida frasecilla de Rousseau sobre la libertad de expresión, pero como supongo que usted, -si es que sabe quién es el señor que acabo de citar y ha leído algo de él, cosa que dudo mucho, y menos en francés-, sí será partidario, no tendrá más remedio que aguantarse.
    4. La Iglesia no es financiada por el Estado. Veo que también es ignorante en eso y le convendría vivir estudiando más y viendo menos televisión.
    5. De paso, podría usted organizar alguna colecta para recomponer todas las tallas, iglesias, ornamentos, cuadros... -las personas no las podrá pagar-, que los comunistas destrozaron en la persecución del 36. La iglesia en la que yo estaba fue convertida en caballeriza. A varias monjas de clausura -claro, alborotadoras fachas, dirá usted-, tras quemarles los pechos con velas, les disparaban en la cabeza. Esos que lo hicieron son los que piensan igual que usted.
    6. Piense un poco más por usted mismo y deje de ser educado por papá colegio socialista. Dios le ha dado cabeza para pensar, no para ser un borrego.
    7. Por si acaso, los porros queman las neuronas. No se lo tome a mal, pero tengo amigos porretas que piensan como usted, aunque a mí me quieren mucho porque no tienen ni idea de qué defienden cuando piensan.
    8. Espero que no se haya ofendido. Tenga en cuenta que a mí, sacerdote, me ha llamado ignorante y envenenador de la sociedad. Y conmigo a toda la Iglesia. A mí llámeme lo que le venga en gana, pero no toque a mi Madre, ni a mis hermanos sacerdotes, ni a mis hijos.

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