Tengo miedo de dejarte,
de olvidar tu pensamiento,
de escribir tu nombre en agua,
lanzar palabras al viento…
Tengo miedo de no amarte,
de perderte en un momento,
tengo miedo de ofenderte,
de que pase sin ti el tiempo…
Por eso, para que nada
haga sombra a tu recuerdo
grabaré a fuego en mi alma:
«¡Amada mía, te quiero!»
Vengan tormentas si quieren,
vengan sus rayos y truenos,
contra mi luchen demonios
que a nada ni nadie temo.
Que saber que tú me amas
basta para mi sustento.
Ya no me interesa nada
si a mi lado yo te tengo.
Si Dios nos ha dado una cabeza para entender y un corazón para amar, ¿por qué vivir decapitados y descorazonados? Piensa y cree con todas tus fuerzas, con toda tu mente, con todo tu ser.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Miedo sin ti (A la Inmaculada)
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