Lista de las cosas a las que uno "renuncia" (o mejor, "con las que uno hace trueque") cuando se hace sacerdote:
- Nunca puedo correr la San Silvestre, porque es a la hora de Misa.
- No puedo pedir la baja laboral, aunque esté con tos, mucus, y las tripas como las cataratas del Niágara.
- No puedo acostarme tarde los sábados ni levantarme tarde los domingos.
- No puedo dejar la cama sin hacer.
- No puedo ir "siempre" en vaqueros o con zapatillas de deporte.
- Tengo que afeitarme todos los días.
- Tengo que pasar mal rato cuando me persiguen para lo que sea porque soy cura.
- Evidentemente, tengo que ir vestido de cura, y no puedo disfrazarme de laico.
- No puedo decir tacos cuando veo el fútbol, las noticias, o me hacen una pirula en la carretera.
- Cuando relleno formularios, tengo que poner "otro" o "artista" u "organización caritativa" en el apartado "Profesión", porque no dan la opción de "Sacerdote".
- Lo mismo me pasa con "casado", "soltero", "divorciado", "otro", porque soy "célibe".
- No puedo insultar a la persona que me atiende por teléfono en las reclamaciones del móvil o del ADSL.
- Cuando me gustaría decir algo contra mi obispo, tengo que recordar que le prometí "obediencia y respeto". El "respeto" suele costar más que la "obediencia".
- No puedo irme a la cama sin haber terminado el rezo del Rosario y del Oficio Divino.
- No puedo cometer faltas de ortografía.
- Tengo que saber estar en dos sitios a la vez (por lo menos).
- No puedo echarme a llorar en los entierros, aunque tenga el corazón roto.
- Tengo que aguantar que me cuenten chistes volterianos y no partir la cara al gracioso de turno.
Ahora no se me ocurren más cosas, ni quiero perder más tiempo pensando… Pero lo leo y me digo: ¡Soy el cura más feliz del mundo! Si es que me quejo por tonterías, teniendo, como tengo, a la Virgen y al Señor, lo tengo todo.
Me gusta mucho esta entrada, y me siento muy identificada, porque yo como madre de familia cristiana numerosa:
ResponderEliminar- Nunca debo saltarme una Misa, porque nada me gusta más que recibir al Señor.
-Tampoco puedo pedir la baja laboral para dejar de atender a mis hijas, aunque la quimioterapia me tenga baldada.
- Si me acuesto tarde los sábados, por hacer las labores de la casa, o por terminar el trabajo que realizo, el domingo por la mañana tengo que madrugar porque mis hijas lo requieren así, al igual que mi compromiso con la Parroquia.
- Tengo que pasar mal rato cuando me persiguen para "criticar al cura" y tengo que dar la cara por él aunque no le conozca.
- Yo no debo insultar al del ADSL aunque parece que me la tiene jurada, ni cuando alguien nos hace daño, ni en ningún caso, porque tengo que dar ejemplo..
- No puedo irme a la cama tampoco sin haberle dado gracias a Dios por el día vivido, sin haber hecho mi oración diaria, el Rosario, o cualquiera de las cosas que me acercan al Señor y me ayudan en mi camino de Santidad y el de mi familia.
- Con tres hijas... estar en dos sitios a la vez se queda corto.
... y así podríamos seguir mucho rato, porque yo también ¡SOY UNA ESPOSA-MADRE-MUJER FELIZ!Porque también siento a la Virgen y al Señor muy cerca de mí, guiando mi camino y el de los míos.
Solo una nota:
Cuando estoy en desolación, o el dolor me aflige... siempre tengo a un Sacerdote para pedir consuelo y apoyo en este camino. Y si es feliz en su Ministerio mejor que mejor.
Gracias por compartir con nosotros tu felicidad, hoy me has animado mucho el día.
Los curas solteros no hacemos la cama...
ResponderEliminarBueno, eso decía un sacerdote muy mayor, al que se le iba un poco la pinza, pero era graciosísimo. Yo intento hacerla... pero a veces no me deja. En fín, es muy especial ella.
Un salduo.
Que Dios le bendiga Pater. Es una verdadera alegría ver que quedan sacerdotes jóvenes como usted.
ResponderEliminarCuente con mis oraciones para que usted consiga lo que quiere: ser un sacerdote santo.